viernes, 14 de mayo de 2010






La hepatitis es una inflamación del hígado, que destruyen las células hepáticas y está provocada por diversas causas, entre las que se cuentan distintos tipos de virus. Suele manifestarse con ictericia, es decir, que la piel, las mucosas y el blanco de los ojos adquieren un color amarillento. Además, es habitual que haya pérdida del apetito y dolor abdominal. Puede ser crónica, si persiste por más de seis meses.
Causas
Puede deberse a infecciones virales, bacterianas o parasitarias; por acción del alcohol o fármacos, por toxinas o por enfermedades autoinmunes. Los virus que más frecuentemente inflaman al hígado son el A, B, C, D y E. La hepatitis A se transmite debido a una mala higiene, por agua y alimentos contaminados. En líneas generales, suele ser asintomática. La hepatitis B se contagia por la sangre (transfusiones contaminadas, intercambio de jeringas en la drogadicción, relaciones sexuales sin protección, de madre a hijo en el embarazo, etc.). Las personas sometidas a diálisis renal tienen mayor riesgo de contraer hepatitis B. La hepatitis C causa el 80% de las hepatitis que se contagian por transfusión de sangre y también se transmite por jeringas contaminadas. Este virus causa hepatitis crónica y con menor frecuencia, cirrosis y cáncer hepático. Existen personas sanas portadoras crónicas del virus C. La hepatitis D se manifiesta como complicación o sobreinfección del virus B. La E tiene similitudes con el virus A y, como éste, puede causar epidemias.
Sintomas
En las fases iniciales de la infección se presentan síntomas muy diversos y a menudo se pueden confundir con un cuadro gripal o una mononucleosis. Entre los síntomas más habituales, cabe destacar: nauseas, vómitos, pérdida del apetito, malestar general y decaimiento, fiebre no demasiado alta, dolor e indigestión abdominal, alteración del sentido del gusto. En algunos casos, puede haber hemorragias nasales y depresión. Luego de unos días, la orina se oscurece y se presenta ictericia, una pigmentación amarilla de la piel, mucosas y del globo ocular y se eliminan heces de color claro. La ictericia es causada por el aumento de bilirrubina en sangre y es típica de los trastornos hepáticos. La piel, las mucosas (como las de la boca, por ejemplo) y el blanco de los ojos se ponen amarillentos. También pueden aparecer prurito y heces decoloradas, síntomas originados en la obstrucción de las vías biliares. Los síntomas desaparecen al cabo de dos o tres semanas, pero el enfermo puede sentirse débil y cansado durante varios meses. Diagnósticos Se realiza mediante análisis de sangre, en particular determinando incrementos en cierto tipo de enzimas hepáticas. También por medio de una revisión médica y por palpación del hígado, cuyo tamaño aumenta. Tratamiento Es indispensable consultar con un profesional de la especialidad. Importante Los síntomas aquí descritos correspondientes a esta enfermedad pueden confundirse con los de otras patologías. Para establecer un adecuado diagnóstico, consulte siempre a su Médico. El objetivo de MédicosExpertos es informar y educar, por lo que las descripciones de las enfermedades aquí brindadas no sustituyen a una consulta profesional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario